Una evaluación formal de algunos fragmentos recuperados del dron que el pasado 28 de enero protagonizó el ataque que costó la vida a tres soldados estadounidenses en Jordania y dejó a 40 heridos indica que fue fabricado en Irán. Así lo dijeron a la agencia Reuters cuatro funcionarios de EE.UU. bajo condición de anonimato, sin revelar detalles sobre el modelo del dron.
Los primeros indicios también apuntaban al origen iraní de ese vehículo aéreo no tripulado que impactó en la base militar Torre 22, cerca de la frontera jordano-siria. Inmediatamente después del ataque, Washington culpó a milicias respaldadas por Irán, pero también responsabilizó, en última instancia, a Teherán, teniendo en cuanta su apoyo a las organizaciones involucradas.
Desde que estalló la guerra en Gaza, las tropas estadounidenses han registrado al menos 160 ataques o intentos de ataque contra ellas en Irak, Siria y Jordania, además de múltiples lanzamientos de misiles y drones contra los buques de guerra estadounidenses por parte de los hutíes de Yemen, tradicionalmente asociados con la influencia iraní.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, y portavoces de su administración declararon en varias ocasiones que Washington no busca una guerra con Teherán, incluso cuando iba en aumento la presión republicana para que respondiera con fuerza.
Por su parte, el comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución Islámica, Hossein Salami, advirtió el miércoles que el país persa responderá a cualquier amenaza estadounidense. Al mismo tiempo, diplomáticos iraníes desvincularon su país de las "acciones de cualquier grupo individual dentro de la región" y rechazaron las "alegaciones infundadas" de las que —aseguran— Washington se vale para preparar sus ataques.