El primer libro lo dediqué, Teófilo, a todo lo
que Jesús hizo y enseñó desde el principio hasta el día en que, después de
haber dado instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había
elegido, fue levantado a lo alto. A estos mismos, después de su pasión, se les
presentó dándoles pruebas de que vivía, dejándose ver de ellos durante cuarenta
días y hablándoles del Reino de Dios. Mientras estaba comiendo con ellos, les
ordenó: No os vayáis de Jerusalén, sino
aguardad la Promesa del Padre, que oísteis de mí: Porque Juan bautizó con agua,
pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días.