El indicador macroeconómico se ha desplomado a su nivel más bajo desde abril de 2013, sin contar los meses de confinamientos durante la pandemia de covid-19, por lo que la situación actual es peor de lo que habían pronosticado los economistas, con una inflación récord que perjudica a la demanda y con empresas disminuyendo su producción debido a la caída de las ventas.
Concretamente, la contracción más alta se produjo en el sector manufacturero, especialmente en las industrias que consumen mucha energía, como las de productos químicos y plásticos. Los servicios también se redujeron a un ritmo más acelerado mientras los consumidores luchan contra el alza del costo de vida.
En este contexto, la actividad del sector privado en la eurozona descendió en octubre por cuarto mes consecutivo, al igual que los nuevos pedidos de bienes y servicios, que cayeron a un ritmo no visto desde diciembre de 2012, excluyendo los meses de confinamiento.
"Parece que la economía de la zona euro se contraerá en el cuarto trimestre debido a la creciente pérdida de producción y al deterioro de la demanda visto en octubre, lo que se suma a la especulación de que una recesión parece cada vez más inevitable", explicó Chris Williamson, economista de S&P Global.
Asimismo, el experto señaló que las presiones de los precios siguen siendo "obstinadamente elevadas", ya que el aumento de los costos energéticos y de personal, junto a un euro debilitado, contrarrestan cualquier reducción en los precios de las materias primas vinculada a la mejora de las condiciones de suministro.
"Es probable que los elevados indicadores de precios de la encuesta aumenten la determinación del Banco Central Europeo de endurecer aún más la política en los próximos meses, a pesar del creciente riesgo de recesión", añadió, en referencia a que se espera que el organismo vuelva a subir los tipos de interés en 75 puntos básicos esta semana.
El informe del S&P Global destaca que las cifras de la eurozona sugieren que su economía se contraerá un 0,2 % en el cuarto trimestre de 2022, pero apunta que la desaceleración podría aumentar aún más hacia finales de año.
