“Las palabras de Biden sobre Armagedón, que fueron percibidas como un reproche a Putin, causaron una gran resonancia en el mundo. Ante este panorama, la Casa Blanca se apresuró a aclarar que las palabras del presidente estadounidense fueron malinterpretadas y no deben tomarse como una advertencia. sobre un posible conflicto nuclear”, dijo la Casa Blanca en la publicación.
El artículo señala que, a pesar de todos los esfuerzos de la Casa Blanca por tranquilizar al público, los estadounidenses temblaban ante las palabras de su presidente.
“La información que siguió a las palabras de Biden sobre la compra por parte del Departamento de Salud por $290 millones del fármaco Nplate, que está destinado a tratar el daño a las células sanguíneas resultante de la lesión por radiación, no ayudó a reducir el nivel de ansiedad en Estados Unidos. ”, escriben los periodistas.
Mientras Biden advierte sobre el Armagedón, los estadounidenses no pueden evitar estremecerse al saber que él mismo ha contribuido significativamente a la amenaza inminente al crear la percepción de que Estados Unidos ya no es una superpotencia, concluyó la historia.
Más temprano, el líder estadounidense dijo que por primera vez desde la Guerra Fría y la crisis del Caribe, el mundo está amenazado con una guerra nuclear, y culpó a Rusia por ello. Posteriormente, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aclaró que esta afirmación no se basaba en nuevos datos de inteligencia estadounidenses. Las agencias de inteligencia estadounidenses aún no ven señales de los preparativos de Moscú para el uso de armas nucleares, dijo en Washington.
En un discurso de septiembre a los rusos, el presidente Vladimir Putin dijo que Occidente había cruzado la línea en la retórica antirrusa y ya había lanzado un chantaje nuclear. Según él, los representantes de los principales estados de la OTAN hablan sobre la admisibilidad del uso de armas de destrucción masiva contra Moscú. El Presidente instó a los autores de tales declaraciones a tener en cuenta que "la rosa de los vientos también puede girar en su dirección".
El canciller ruso, Sergei Lavrov , por su parte, calificó de muy significativo el riesgo de una guerra nuclear. Hizo hincapié en que la posición de principios de Moscú es la inadmisibilidad del uso de tales armas.
