La economía del Reino Unido entrará en recesión en el cuarto trimestre de este año con el riesgo de que pueda tratarse de una "profunda contracción" ante el aumento de los precios energéticos, según los pronósticos del grupo de banca de inversión Goldman Sachs citados este lunes por Bloomberg.
En concreto, se prevé la caída del PIB en cerca del 1 % hasta mediados del 2023. Mientras, el nivel anual de producción caerá en un 0,6 %, marcando un cambio de rumbo en comparación con las previsiones de que este indicador crecería un 1,1 %.
Asimismo, los expertos de Goldman Sachs predicen que la tasa de ahorro de los hogares británicos se hundirá por debajo de "la tasa de equilibrio", hasta llegar a un mínimo histórico del 3,5 % en el segundo trimestre del 2023. En cuanto a los ingresos reales disponibles, disminuirán un 2,9 % el próximo año, reflejándose en la caída del consumo real en un 1,4 %.
Por otra parte, los analistas señalaron que el Banco de Inglaterra, que el 4 de agosto subió sus tasas de interés en 0,5 puntos porcentuales hasta el 1,75 %, marcando así el cambio más drástico desde 1995, seguiría con el endurecimiento de la política monetaria.
"Consideramos que los riesgos se inclinen hacia una recesión más grave y prolongada. Los precios del gas pueden permanecer elevados durante más tiempo, los hogares pueden deshacerse de los excesos de sus ahorros en menor medida y el importe de la ayuda fiscal adicional a los hogares puede resultar menor de lo previsto en nuestro escenario de base", resumieron los expertos.
Bajo tal panorama, la economía de la nación corre el riesgo de contraerse hasta en un 3,4 % a lo largo del año siguiente. Sin embargo, la previsión de referencia del banco central apunta a una recesión "relativamente suave".
Entre tanto, el nivel actual de inflación está muy por encima del objetivo trazado del 2 %, situándose en el 10,1 %, la cifra más alta desde febrero de 1982.