La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán es parte de una estrategia de Washington destinada a crear un pretexto para incrementar sus fuerzas militares en la región, denunció el ministro de Exteriores de China, Wang Yi.
En un comunicado difundido este domingo, el canciller indicó que el país norteamericano "está acostumbrado a crear un problema primero y luego usarlo para realizar sus propios planes estratégicos". Según el jefe de la diplomacia china, "hay indicios de que Washington está tratando de repetir sus viejos trucos" con la visita de Pelosi a Taiwán.
Además, afirmó que Estados Unidos ha cometido "tres errores" con el polémico viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes. El primero de ellos, según el ministro, es la interferencia en los asuntos internos de China. Al respecto, recordó que "Taiwán no es parte de EE.UU., sino territorio" del gigante asiático, reconocido por Washington, y lo que "ha hecho es una grave violación de la soberanía de China".
Wang Yi apuntó el segundo error, en la decisión de apoyar a las fuerzas que buscan la independencia de Taiwán. Pelosi "apoyó públicamente" al gobernante Partido Progresista Democrático taiwanés, que persigue la independencia, con lo que la congresista estadounidense "se unió a las fuerzas separatistas en la lucha contra el pueblo chino".
El tercer error es el de haber "socavado deliberadamente la paz en el estrecho de Taiwán". El diplomático indicó que la postura y las medidas adoptadas por Pekín "son legítimas, razonables, necesarias y apropiadas", y tienen como objetivo "salvaguardar la soberanía e integridad territorial china, así como disuadir los intentos de EE.UU. de usar a Taiwán para controlar China".
El ministro de Exteriores enfatizó que el principio de no injerencia en los asuntos internos de otras naciones es la "regla de oro" en una sana relación entre Estados. Ante el auge de la "intimidación unilateral", la comunidad internacional debe unir fuerzas para salvaguardar las normas básicas del derecho internacional y para proteger conjuntamente los derechos e intereses legítimos de todos los países en desarrollo, concluyó.
La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, llegó el 2 de agosto a Taiwán, convirtiéndose en la primera política estadounidense de tal alto rango en visitar la isla en 25 años.
Pekín expresó su enérgico rechazo al viaje de Pelosi, a la que acusó de tratar de "coludir con las fuerzas independentistas taiwanesas para utilizar a Taipéi con el fin de contener a China", y socavar su soberanía e integridad territorial.
Pekín considera a Taiwán como parte irrenunciable de su territorio, e insiste en que cualquier negociación con la isla que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China.
Aunque Washington no reconoce a Taiwán —que se autogobierna desde 1949 con una administración propia, como país independiente—, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones.