Advierten de una emergencia nacional en Reino Unido

Los jefes del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) enviaron este viernes una carta al Gobierno británico advirtiendo de un aumento del número de enfermos y del deterioro de las condiciones sanitarias en todo el país, a menos que las autoridades tomen medidas urgentes para frenar la subida de los precios de la energía.
Las autoridades sanitarias señalan que si no se protege a los hogares del encarecimiento de la energía, serán los servicios locales de asistencia social y del NHS los que tengan que hacerse cargo de la situación, con un aumento de los ingresos hospitalarios y de la demanda de consultas médicas. Todo ello amenaza con incrementar las desigualdades sanitarias y el deterioro de la salud de la población.
Según el NHS, numerosas familias en el Reino Unido se enfrentarán a una elección: o calentar sus hogares o recortar en alimentos y otros artículos de primera necesidad, lo que sin duda deteriorará la salud de las personas. 
En este contexto, los jefes del Servicio Nacional de Salud instaron al Gobierno a elaborar un paquete de medidas de ayuda a los hogares vulnerables "más específico y detallado". También destacaron que ante la previsión de un aumento del 82 % en las facturas, la actual política del Ejecutivo de otorgar 400 libras esterlinas (476 dólares) entre abril y octubre no será suficiente para los más necesitados. 
En este contexto, Beatrice Fraenkel, presidenta del fondo Mersey Care NHS, afirmó que "si las personas no pueden permitirse calentar adecuadamente sus hogares o alimentarse bien, es cada vez más probable que caigan enfermas y requieran la atención del NHS, que ya está sometido a una gran presión".
Por su parte, Matthew Taylor, director general de NHS Confederation, explicó que "los líderes del NHS han llevado a cabo esta intervención sin precedentes porque saben que la pobreza energética provocará inevitablemente una importante demanda adicional en unos servicios que ya son muy frágiles". "Estos brotes se producirán justo cuando el NHS probablemente experimente el invierno más difícil del que se tiene constancia", agregó. 
"Esta medida sin precedentes de los dirigentes sanitarios y asistenciales de Inglaterra pone de manifiesto que el aumento del coste de la vida es una emergencia nacional", subrayó a su vez Katie Schmuecker, asesora política principal de la fundación Joseph Rowntree. 
Schmuecker advirtió que "más de 7 millones de hogares ya se quedaron sin al menos un producto esencial como la comida en mayo" y que si no se toman las medidas necesarias, este número irá en aumento. 
Actualmente, Europa enfrenta una crisis energética que comenzó luego de la implementación de sanciones contra Moscú y que está provocando un importante daño a su economía. Si bien el Reino Unido no depende directamente de Rusia para abastecerse de combustible, sufre por el aumento de los precios de la energía y el aumento de la carestía de vida.
Recientemente, la ministra británica de Exteriores y candidata a ocupar la jefatura del Gobierno en Reino Unido, Liz Truss, reconoció que al país le aguarda un "invierno duro", al tiempo que se comprometió a llevar a cabo una reforma económica para ayudar a las población ante el aumento de los precios del combustible y de los alimentos.
La situación se agudiza con el nivel de inflación más alto registrado en el país desde febrero de 1982. En julio, el índice de precios al consumidor en el Reino Unido se disparó al 10,1 %. 
En este contexto, el canciller de Hacienda británico, Nadhim Zahawi, afirmó que su mayor prioridad ahora es "controlar la inflación". "Estamos actuando mediante una política monetaria fuerte e independiente, decisiones fiscales y de gasto responsables y reformas para impulsar la productividad y el crecimiento", agregó el alto funcionario.