El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se ha dirigido este lunes a la nación con motivo del 77.º aniversario de la Victoria del pueblo soviético sobre la Alemania nazi en la Gran Guerra Patria (1941-1945), como se conoce la participación de la URSS en la Segunda Guerra Mundial.
"La defensa de la patria, cuando se definía su destino, siempre ha sido sagrada", declaró Putin, recordando heroicos episodios de la historia rusa. "Del mismo modo, estos días ustedes están luchando por nuestro pueblo en Donbass, por la seguridad de nuestra patria, Rusia", continuó.
En referencia a la operación militar especial en Ucrania, el mandatario sostuvo que "el peligro iba en aumento cada día" y afirmó que "Rusia dio una respuesta preventiva a la agresión", tratándose de una decisión "forzada, oportuna y la única correcta" que pudo tomar "un país soberano, fuerte e independiente".
Al lamentar que Occidente hizo caso omiso a los llamamientos del Kremlin en diciembre de 2021 a "un diálogo honesto" y "la búsqueda de soluciones sensatas y de compromiso, teniendo en cuenta los intereses mutuos", Putin reiteró que los países de la OTAN no quisieron escuchar a Moscú. "Esto significa que, en realidad, tenían planes totalmente diferentes, y lo vimos", agregó.
"Los preparativos para otra operación punitiva en Donbass, para una invasión de nuestras tierras históricas, incluida Crimea, estaban en marcha sin tapujos. Kiev anunciaba la posible adquisición de armas nucleares. El bloque de la OTAN comenzó la militarización activa de los territorios adyacentes al nuestro", resumió el presidente, quien concluyó que "de este modo, se creaba sistemáticamente una amenaza totalmente inaceptable" para Rusia justo en sus fronteras.
Asimismo, Putin razonó que "todo indicaba que sería inevitable un enfrentamiento con los neonazis, los seguidores de Stepán Bandera, por los que habían apostado EE.UU." y sus aliados. "Vimos cómo se desplegaba la infraestructura militar, cómo empezaron a trabajar cientos de asesores extranjeros y se realizaban las entregas regulares de las armas más modernas de los países de la OTAN", señaló.
"Estados Unidos, sobre todo después del colapso de la Unión Soviética, empezó a hablar sobre su excepcionalidad, humillando así no solo al mundo entero, sino también a sus satélites, que tienen que fingir que no notan nada y tragarlo con resignación".
Sin embargo, "Rusia tiene un carácter diferente" y los rusos nunca renunciarán "al amor por la patria, la fe y los valores tradicionales, las costumbres ancestrales y al respeto por todos los pueblos y las culturas", enfatizó Putin, denunciando la "degradación moral" de Occidente, donde "al parecer, decidieron cancelar esos valores milenarios".
"Esta degradación moral se convirtió en la base para la falsificación cínica de la historia de la Segunda Guerra Mundial, incitación de la rusofobia, la glorificación de los traidores, la burla de la memoria de sus víctimas, la anulación del coraje de los que ganaron la victoria a costa de sufrimientos", declaró.
En ese sentido, el mandatario ruso lamentó que a los veteranos estadounidenses se les prohibió acudir al desfile de Moscú este año y expresó que su país honra a "todos los combatientes de los ejércitos aliados —estadounidenses, británicos, franceses, miembros de la Resistencia, los valientes soldados y guerreros de China—, todos los que derrotaron al nazismo y militarismo".
Putin terminó su discurso dirigiéndose a las Fuerzas Armadas rusas y la milicia de Donbass para reafirmar que luchan "por la patria, por su futuro, para que nadie olvide las lecciones de la Segunda Guerra Mundial, para que en el mundo no haya lugar para los verdugos, castigadores y nazis".
Rindió homenaje no solo a los caídos en la Gran Guerra Patria, sino también a los "mártires de Odesa quemados vivos en la Casa de los Sindicatos en 2014", los civiles de Donbass que "murieron por los despiadados bombardeos y los ataques bárbaros de los neonazis", y los militares fallecidos "en una batalla justa por Rusia".
El Día de la Victoria, que se conmemora cada 9 de mayo, se celebra con tradicionales desfiles militares tanto en la Plaza Roja de Moscú, como en otras ciudades del país, así como con marchas del Regimiento Inmortal, evento en el que los participantes salen a las calles portando retratos de sus familiares fallecidos durante la lucha contra el fascismo.
El gran desfile organizado en la capital rusa cuenta con la participación de 11.000 representantes de las Fuerzas Armadas y equipo militar, que incluye vehículos de infantería, tanques, unidades de sistemas de misiles táctico-operativos Iskander-M, sistemas de lanzacohetes múltiple Tornado-G, sistemas de defensa antiaérea S-400, junto con los misiles balísticos intercontinentales RS-24 Yars de base móvil, entre otras.
Durante su discurso del pasado 24 de febrero, día en el que inició el operativo militar ruso en Ucrania, Putin subrayó que "en 1940 y principios de 1941, la Unión Soviética buscaba evitar, o al menos retrasar el inicio de la guerra, de todas las maneras posibles" y para ello "trataba de no provocar al potencial agresor hasta el último momento, no realizaba o posponía las medidas más necesarias y obvias de la preparación para repeler el inevitable ataque, y las medidas que finalmente se tomaron fueron desastrosamente tardías".
"Por eso, el país no estaba preparado para afrontar plenamente la invasión de la Alemania nazi, que atacó a nuestra patria sin declaración de guerra el 22 de junio de 1941. Se logró detener al enemigo y luego derrotarlo, pero a un costo colosal. El intento de complacer al agresor en vísperas de la Gran Guerra Patria fue un error que le costó caro a nuestro pueblo. En los primeros meses de lucha perdimos vastos territorios de importancia estratégica y millones de personas. No cometeremos ese error por segunda vez, no tenemos derecho", aseguró el mandatario ruso.
En ese sentido, Putin recordó que en diciembre del año pasado Moscú "emprendió un intento más" de llegar a un acuerdo con Estados Unidos y sus aliados sobre los principios de de seguridad en la región europea y la no ampliación de la OTAN, pero "todo fue en vano". "La postura de EE.UU. no cambia. No consideran necesario ponerse de acuerdo con Rusia en esta cuestión clave para nosotros y desprecian nuestros intereses, persiguiendo sus propios objetivos", resumió el presidente ruso.