¿Qué forma poseen los demonios cuando se aparecen a los hombres?


Los demonios no tienen una forma visible determinada, su forma es inmaterial. Por lo tanto si se manifiestan de forma visible podrían adoptar cualquier forma que desearan. 

Cualquier forma por bella que fuera, humana o angélica, entra dentro de la capacidad de su poder. Podrían aparecerse con la forma de un sacerdote conocido, de nuestro confesor, del Santo Padre. Como es lógico tal situación crearía una inseguridad total, así que Dios no lo permite. 
Y Dios, mirando nuestro bien, no sólo no les permite este tipo de apariciones tan sumamente engañosas, sino que ni siquiera les permite aparecerse de cualquier manera, sino sólo en ciertos modos determinados. Para que así nos quede claro a nosotros, que somos como niños al lado de ellos, el carácter maléfico del que se aparece.
Y así Dios sólo les permite aparecerse como sombras que se mueven, como engendros monstruosos, como hombres pequeños de color muy negro. Respecto a esta última forma de mostrarse visualmente como hombrecillos oscuros y pequeños, aparece una y otra vez en la tradición literaria cristiana desde la época de los Padres del desierto. Pero no sólo en ellos, sino que incluso Santa Teresa de Jesús, Santa Teresa de Lisieux (en uno de sus sueños) y otros casos como el de la niña Alexia (1971-1985+) volverán a hablar de que vieron a hombres pequeños y de color muy negro.
Cuando decimos que Satán es un dragón o una serpiente lo que queremos decir es que tiene el carácter monstruoso, fiero, venenoso y astuto de esos seres. Pero en ningún caso que tenga esa forma visual, ya que sigue siendo un bellísimo ángel en su naturaleza, aunque repugnante en su aspecto moral. La deformación él la ha sufrido sólo en su persona, pero no en su naturaleza. Su ser personal se ha deformado, pero su naturaleza permanece y permanecerá intacta haga lo que haga. Dado que ambas cosas son inseparables, él auténticamente es un monstruo, un ser deforme, alguien que produce repugnancia y aversión.