Antiguo fusilero del Ejército francés, Adrien Bocquet regresó hace poco de su viaje a Ucrania, adonde había decidido ir voluntariamente para ayudar como médico. En una entrevista con Sud Radio, Bocquet denunció haber visto "pruebas de muchos crímenes de guerra allí sobre el terreno" cometidos por los ucranianos.
"Los únicos crímenes de guerra que vi durante los días que estuve allí fueron perpetrados por los militares ucranianos, no por los militares rusos", afirmó el voluntario francés, quien agregó que no pretende decir que los rusos no hicieran nada y únicamente se limita a describir lo que presenció en carne propia.
"He visto crímenes abominables cometidos por Azov", relató Bocquet, en referencia al polémico batallón de corte neonazi que integra las fuerzas ucranianas. Vio a soldados rusos tomados como prisioneros, "atados y muy golpeados", que estaban en una especie de cobertizo como un hangar. "Los rusos fueron traídos por tres o cuatro personas en minibuses", recuerda.
Los militares de Azov preguntaron a los rehenes quiénes de ellos eran oficiales y, según descubrió Bocquet, fue con el único objetivo de matarlos arbitrariamente en el lugar. "Todos los militares que salieron de la furgoneta recibieron un disparo en la rodilla con un Kaláshnikov. Después de eso, quedaron indefensos", contó. "Las personas que tuvieron la mala suerte de decir que eran oficiales recibieron un tiro en la cabeza", agregó.
Bocquet, que estuvo en Kiev y Bucha durante su viaje, afirmó tener un video de soldados rusos recibiendo un disparo en la rodilla. Los militares de Azov no respondieron a las preguntas y el voluntario francés no sabe por qué lo hicieron, pero aseguró que "esto es lo que ocurre en Bucha" y "en toda Ucrania", mientras los integrantes de ese batallón se sienten libres de hacer lo que quieran.
"¿Y por qué no se habla de ello? Todos los bombardeos, todos los proyectiles que caen en Bucha se achacan a los rusos", declaró, advirtiendo de que los combatientes del batallón Azov "están por todas partes, incluso en Occidente", y "tienen galones con símbolos neonazis".
"Me choca que Europa siga suministrando armas a los que para mí son militares neonazis, con siglas neonazis", confesó, señalando que en todas partes de Ucrania se puede topar con algún militar luciendo "las siglas de las SS".
A Bocquet le tocó trabajar con esas personas también y darles medicinas. Entendiendo un poco de ucraniano y ruso, y aprovechando el hecho de que muchos hablaban inglés, en una ocasión escuchó la conversación en la que "se rieron diciendo que, si se encontraban con judíos o negros, reducirían su número". "Y esa conversación les hizo reír mucho", subrayó.
"Hay un gran abismo entre lo que he visto y lo que dicen en la tele, y creo que es repugnante", concluyó.