La economía de China se enfrenta a un periodo de lento crecimiento que podría frenar la recuperación mundial tras la pandemia, debido al impacto de la interrupción de las cadenas de suministros, informa The Wall Street Journal, citando a algunos economistas.
Esas interrupciones, que limitan la capacidad de exportación china, junto con las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania, que contribuyen a reducir la demanda de los productos del país, podrían provocar una grave inflación tanto en China como en todo el mundo.
A diferencia de 2020, cuando la economía china se recuperó rápidamente del primer brote de covid-19, las restricciones ahora impuestas por las autoridades con el fin de controlar la propagación de la infección afectaron en abril de este año a sectores importantes para el país asiático:
El índice oficial estimado por gerentes de compras y publicado por el Gobierno chino ha mostrado un descenso de la actividad de las fabricas y del sector servicios, que han caído a su nivel más bajo desde el inicio de la pandemia en 2020;
La producción de cemento fue inferior al 40 % de su capacidad total;
El sector inmobiliario también sufrió mucho por la caída de las ventas de viviendas;
Las acciones bursátiles chinas experimentaron el pasado lunes su mayor caída en más de dos años, provocando una depreciación del yuan hasta casi los niveles de 2015, lo que alarmó a los mercados mundiales;
El número de desempleados en el país sigue aumentando. Según un indicador de vacantes del Instituto Chino de Investigación del Empleo de la Universidad Renmin de China y del sitio web de búsqueda de empleo Zhaopin, más de 10 millones de estudiantes corren el riesgo de no encontrar trabajo tras su graduación.
Las importaciones también se han desplomado:
Las entregas de 'smartphones' cayeron un 18 % en comparación con el primer trimestre del año anterior;
Las ventas de excavadoras descendieron 61 % en comparación con el año anterior;
Los pedidos de scooters eléctricos y motos de cross cayeron 40 %, debido a la reducción de la demanda y el aumento de los precios de las materias primas.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el país asiático podría enfrentarse a sus peores resultados de crecimiento económico desde 1990, con excepción de 2020, cuando fue del 2,2 %.
"La apreciación del mercado hacia las acciones chinas está en el punto más bajo de los últimos 30 años. También creo que el descontento de la población china está en el punto más alto de los últimos 30 años", dijo recientemente al Financial Times Weijian Shan, presidente y director ejecutivo de PAG, una empresa de capital privado de Hong Kong.
Al comparar la situación en China con la de EE.UU. y Europa durante la crisis financiera de 2008, Shan señaló que el impacto en el país asiático sería grave, ya que gran parte de su economía fue "semiparalizada" por la política de 'cero covid'.
Entre tanto, Ting Lu, economista jefe de de Nomura, cree que podría haber otra caída de la producción en el tercer trimestre, si el Gobierno no cambia esa política.
Como fuere, toda desaceleración económica en China se dejará sentir en todo el mundo, en medio de los temores de una recesión EE.UU. y Europa causados por la inflación y el conflicto en Ucrania. La economía estadounidense ya se ha reducido a un ritmo de 1,4 % anual en el primer trimestre. Además, los exportadores de componentes y maquinarias, como Corea del Sur o Japón, han registrado ya una disminución en sus ventas.
Sin embargo, según los economistas, Pekín tiene varias opciones para lograr un mayor crecimiento. Las autoridades chinas también prometen volver a poner en marcha la economía. El presidente del país, Xi Jinping, planea llevar a cabo una amplia serie de medidas con el fin de estimular el crecimiento a través del aumento de gastos en infraestructuras. Es probable que la reducción de las restricciones chinas también lleve a una recuperación parcial.
Al mismo tiempo, según datos publicados por el FMI, se espera que China represente una cuarta parte del crecimiento económico mundial hasta 2026.