"Pido perdón a Dios por la conducta deplorable de estos miembros de la Iglesia católica", dijo el pontífice, citado por AFP.
Luego de reunirse esta semana en el Vaticano con una delegación de sobrevivientes de las Primeras Naciones, metis (mestizos) y grupos aborígenes inuit y escuchar sus "historias de sufrimiento, privaciones, trato discriminatorio y diversas formas de abuso", Francisco expresó que sentía "dolor y vergüenza".
Las declaraciones del pontífice se producen luego de que salieran a la luz las historias de 150.000 niños indígenas que desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990 fueron internados en 139 escuelas residenciales en todo Canadá como parte de una política gubernamental de asimilación forzada.
Estos niños pasaron meses o años aislados de sus familias, idioma y cultura, y muchos fueron abusados física y sexualmente por directores y maestros.
Una comisión de la verdad y la reconciliación concluyó en 2015 que la fallida política del Gobierno equivalía a un "genocidio cultural".
Se estima que miles de menores murieron por enfermedad, desnutrición o negligencia. Desde mayo de 2021 se han descubierto más de 1.300 tumbas sin marcar en las escuelas.
El papa, de 85 años, criticó la "colonización ideológica" de la que "tantos niños han sido víctimas" y dijo que "su identidad y cultura fueron heridas".
Francisco agregó que espera viajar a Canadá para estar con las víctimas durante la fiesta de Santa Ana, el próximo 26 de julio.
