Mucha gente se pregunta si tiene efectividad el maleficio, al que algunos inadecuadamente lo llaman mal de ojo, aunque nada tiene que ver con la mirada ni el ojo.
Lo primero que hay que decir es que el que hace un maleficio, como el que lo encarga, serán los primeros perjudicados por el demonio. Sin duda serán perjudicados o con algún tipo de influencia demoníaca o con la posesión o con enfermedades. Nunca se invoca al demonio en vano.
Después la gente se pregunta si tiene efectividad contra el que se ha hecho. Pues eso depende de la voluntad de Dios. Es decir, de esto se afirma lo mismo que de un accidente, enfermedad o desgracia. Dios permite que en nuestra existencia sobre la tierra haya bienes y males, porque la vida es una prueba antes del Juicio. Por supuesto que la persona que ora y vive en gracia de Dios está protegida por Dios. Cuanto más se ora y se lleva una vida espiritual uno está más protegido.
¿Cómo se puede saber si alguien es víctima de un maleficio? Pues no hay manera posible, ya que la acción del demonio es invisible. Sólo es seguro cuando se produce una posesión o una influencia demoníaca en la persona cuyos signos sí que son visibles al exorcista. También es posible deducir que un mal es fruto de un maleficio cuando ese mal viene acompañado de hechos preternaturales malignos. Pero salvo que aparezcan cosas externas que delaten una causa demoníaca, no se podrá nunca saber si algo viene de causas naturales o no.