El programa, impulsado por el Cuerpo de Marines de Estados Unidos (USMC, por sus siglas en inglés), está destinado a crear sistemas de misiles pequeños, ágiles y altamente móviles que puedean generar “incendios de largo alcance” en los activos enemigos, en un entorno de combate altamente complejo, según informó el lunes el portal EurAsian Times.
El despliegue de dichos sistemas de misiles en zonas de tensión, como en el disputado mar de la China Meridional, reduce la dependencia de la Armada estadounidense de los activos navales y aéreos que ya son vulnerables dada la enorme “ventaja” del gigante asiático en dichas aguas estratégicas en el océano Pacífico, agrega el informe.
El portal EurAsian Times dijo cómo los altos mandos militares estadounidenses admitieron ante los legisladores que los misiles balísticos terrestres de China amenazaban fácilmente las bases estadounidenses y el océano Pacífico occidental.
Los responsables de alto rango estadounidenses advierten de que el enfoque de “anti-acceso y negación de área” de Pekín no permite que los barcos de la Armada estadounidense se acerquen a las costas chinas en un posible conflicto.
Con el mencionado enfoque, el gigante asiático se ha enfocado en una gama de sensores y sistemas de armas con los que busca obligar a las fuerzas estadounidenses a operar lo más lejos posible de sus propias costas.
Cada vez más los analistas creen que China tiene las capacidades para tomar la iniciativa confiada en que puede disuadir y sobrellevar cualquier respuesta probable de Estados Unidos en un eventual conflicto.
Otro informe habla de la evolución de China hacia la “guerra inteligente”, una forma muy sofisticada de “guerra informativa y centrada en la red”, agrega EurAsian Times.
El informe viene cuando las tensiones entre EE.UU. y China aumentan cada vez más en el mar de la China Meridional, una extensión muy disputada del océano Pacífico. Pekín reclama casi un 90 % de los territorios, mientras que varios países, entre ellos Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi, también reivindican su soberanía.
Aunque Estados Unidos y sus aliados occidentales no tienen reclamos sobre esas aguas, están muy involucrados en la disputa, enviando sus buques militares al mar de la China Meridional, bajo el pretexto de proteger la “libertad de navegación”.
China ha denunciado una y otra vez las provocaciones de Washington en dichas aguas, ricas en recursos, y considera al país norteamericano como la mayor amenaza para la seguridad y la estabilidad de la zona.