Pero hay muchas otras pepitas interesantes en la última encuesta dos. Uno que me llamó la atención: las marcadas diferencias en las tasas de fertilidad entre los miembros de varias tradiciones religiosas, que describí anteriormente.
Según los datos de Pew, el mormón promedio puede esperar tener 3.4 bebés en su vida. Los judíos, los católicos y la mayoría de los gustos del protestantismo tienen tasas de fertilidad que oscilan entre 2 y 2,5. En el extremo inferior del espectro de la creación de bebés se encuentran los ateos, con 1,6 niños, y los agnósticos, que promedian solo 1,3.
A primera vista, esto va en contra del hallazgo principal del estudio: si los ateos y agnósticos tienen tan pocos hijos, ¿cómo está aumentando su número? La respuesta es que muchos de los que no tienen afiliación religiosa no nacen, sino que se hacen: muchos estadounidenses están abandonando su fe y no adoptando una nueva.
