2. Con ese propósito se acercó a la
fuente y pidió a las doncellas que le dieran agua para beber. Todas se negaron,
con la excusa de que la necesitaban para sus casas y no podían disponer de la
menor cantidad; sólo una reprochó a las demás su falta de hospitalidad, y les
preguntó cómo podrían compartir la vida de los hombres si se negaban a
compartir con ese hombre un poco de agua. Y se la ofreció gentilmente para
beber.
El criado pensó que su misión tendría éxito, pero deseando conocer la
verdad, la alabó por su generosidad y su humanidad, porque no había vacilado en
dar agua al que la necesitaba, aunque le costaba trabajo sacarla. Y le preguntó
quiénes eran sus padres, felicitándolos por tener una hija como ella.
—Sin duda estarás casada, a satisfacción de ellos —le dijo—, con un buen
esposo a quien darás hijos legítimos.
Rebeca no desdeñó responder a su pregunta, y le dijo quién era su
familia.
—Mi nombre es Rebeca —dijo—. Mi padre se llamaba Batuel, pero ya ha
muerto1 , Mi hermano es Labán, que junto con mi madre
atiende todos los asuntos de mi familia y cuida mi virginidad.
Al oírlo el criado se alegró mucho por el episodio y vio que era Dios
quien había dirigido sus pasos. Sacando los brazaletes que había llevado, y
otros adornos propios de una virgen, se los dio a la muchacha como agradecimiento
y recompensa por su amabilidad, diciéndole que era justo que se los diera
porque había sido más amable que las demás. Como se acercaba la noche y no
podía seguir viaje, le pidió que le permitiera pernoctar en su casa. Sacando
sus preciosos adornos para mujeres, le dijo que no los confiaría a nadie mejor
que a ellos; y que sin duda por ser tan humanitarios su madre y su hermano no
quedarían desconformes con él, porque no sería una carga y pagaría el
alojamiento y los gastos de su propio peculio.
Replicó ella que había acertado en
cuanto a la humanidad de sus padres, pero que no aceptarían dinero y lo
hospedarían completamente gratis. Pero primero era necesario que le pidiera
licencia a su hermano Labán para llevarlo a su casa.
3. Hecho lo cual la muchacha condujo al
forastero. Los criados de Labán se hicieron cargo de los camellos y a él Labán
lo llevó a comer. Después de la cena les dijo, a él y a la madre de la joven:
—Abram es hijo de Tare, y pariente de vosotros, porque Nacor, mujer, el abuelo
de estos hijos, era hermano de Abram, de padre y madre. El me envió porque
desea tomar a esta doncella como esposa de su hijo. Es su hijo legítimo y su
único heredero. Podría conseguir a la mujer más opulenta de aquella tierra,
pero no quiere que su hijo se case con ninguna de ellas, sino que contraiga
enlace honorablemente con una de su raza. Fué por voluntad de Dios que encontré
a tu hija y su casa; porque cuando estaba cerca de la ciudad vi una cantidad de
doncellas que iban a la fuente, y rogué que pudiese encontrarme con esta
virgen, lo cual así sucedió. Debéis, por lo tanto, confirmar el matrimonio,
cuyos esponsales han sido hechos de
antemano por decisión divina; y honrar a Abram, que me envió con tanto empeño.
Comprendiendo que era la voluntad de
Dios, enviaron a la joven de acuerdo con las condiciones pedidas. Isaac casó
con ella y recibió la herencia; porque los hijos de Cetura se habían instalado
en sus propias colonias.
1 No está de
acuerdo con la Biblia.
