Una musulmana británica, Rebekah Dawson, procesada por intimidar a un testigo, se negó a testificar en su defensa porque el tribunal la obligó a levantarse el nicab. Anteriormente la mujer había sido procesada por alentar el terrorismo.
Rebekah Dawson es procesada junto a su hermano Matthias Dawson por la presunta intimidación de un guardia de seguridad en la Mezquita del Parque Finsbury en Londres, en junio de 2013.
El conflicto entre el guardia y Dawson comenzó cuando el vigilante dejó a unos turistas con la cara destapada entrar a la mezquita. Dawson empezó a reprochar al guardia y este le dijo que se quitara su nicab acusándola de intento de 'esconderse'. El nicab es una prenda que cubre todo el cuerpo salvo una abertura a la altura de los ojos.
Según evidencias presentadas en la corte, Dawson luego amenazó al guardia en varios mensajes de texto enviados a una amiga, diciendo que iba a "golpear a este hombre". Según afirma el guardia, unos días después, el 23 de junio, él fue atacado presuntamente por el hermano de Dawson.
En septiembre pasado el juez Peter Murphy permitió a la mujer procesada que mantuviera puesto su nicab durante el proceso. Sin embargo, la obligó a levantárselo en caso de que deseara subir a la tribuna y testificar en su propia defensa. El juez confirmo su decisión el 22 de enero, invocando a los jurados a no permitir que los aspectos religiosos influyan en el juicio, pero al mismo tiempo insistiendo en que los jurados no solamente tienen que escuchar el testimonio de la procesada, sino también ver su cara.
En cambio su abogado confirmó este lunes que su defendida se negó a dar testimonio bajo tales condiciones.
En agosto de 2013, Rebekah Dawson y su marido Royal Barnes ya habían comparecido ante otro tribunal imputados por incitar al terrorismo, grabando y difundiendo varios videos y declaraciones tras la muerte del soldado británico Lee Rigby, asesinado a machetazos por dos fanáticos musulmanes el 22 de mayo de ese mismo año.
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