
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Bernadette Meehan, afirmó al respecto que “estamos dispuestos a negociar un programa de enriquecimiento estrictamente limitado”.
Irán desde el punto de partida en su diálogo con el G5+1, había señalado tajantemente que cualquier acuerdo con el Sexteto debe de incluir el derecho de Teherán de enriquecer uranio, en el marco del Tratado de No Proliferación (TNP).
Estas declaraciones de Washington, por primera vez, confirma el derecho de enriquecimiento de uranio a la nación persa, a pesar de la dura oposición del régimen de Israel hacia dicho proceso.
El régimen israelí alega que si Irán tiene la capacidad permanente de enriquecer uranio, incluso a bajos niveles, a la larga podría aprovechar las infraestructuras para acercarse a un programa nuclear militar.
Por su parte, Irán, desde siempre ha rechazado estas acusaciones y ha asegurado que como signatario del TNP y miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), manifiesta su firme voluntad para zanjar las preocupaciones al respecto.
En la última ronda de diálogos entre Teherán y el G5+1, el 24 de noviembre, las partes llegaron a un acuerdo preliminar que contempla el alivio de algunas de las sanciones antiraníes, a cambio de que el país persa ofrezca más garantías sobre su proceso nuclear.