Prepucio Santo

La Navidad, inspiró al equipo de National Geographic para transmitir un documental sobre la supuesta pieza del cuerpo de Jesús que fue robado en 1983.
En “La Reliquia Perdida de Jesucristo” se muestra que una parte del cuerpo de Jesús fue encontrado después de su ascensión al cielo. Llamado el Santo Prepucio, durante siglos se creyó que el material tenía poderes milagrosos y peregrinos viajaron a Roma para adorarlo.
El pedazo de piel se ha convertido en una de las reliquias de la Iglesia Católica, incluso sin pruebas de que ha sido posible conservar esta pieza desde hace miles de años.
En 1983, el Santo Prepucio de Cristo, estaba en la iglesia de Calcata, Italia, donde fue exhibido a los fieles, pero misteriosamente el relicario y su contenido fueron robados y hasta la fecha no se sabe del paradero.
Además de exhibir este documental, National Geographic, mostrará otros programas con temas religiosos próximos al 25 de diciembre: Misterios de la Biblia: Reconstrucción de la Sábana Santa, La Vida Secreta de los Apóstoles y el Papa Francisco: El Camino hacia el Vaticano.
Una leyenda de siglos
La historia de la reliquia del Santo Prepucio se pierde en el tiempo. La leyenda, que en Calcata se la saben hasta los niños que no conocen aún en qué consiste realmente la importante reliquia, afirma que fue entregada por la virgen a María Magdalena en un vaso lleno de aceite de nardos.
Siete siglos más tarde, un ángel lo entregó a San Gregorio Magno, quien lo regaló al papa León III la noche de Navidad del año 800, cuando fue coronado como emperador del Sagrado Imperio Romano. Durante otros 700 años, la reliquia permaneció en la iglesia romana de San Juan de Letrán hasta el saqueo de Roma llevado a cabo por los lansquenetes. Años después la reliquia apareció en un establo de Calcata, donde un lansquenete había estado prisionero.
En el siglo pasado esta historia del Santo Prepucio provocó un debate teológico. Piedro del Frate, publicó un libro en 1861 con consentimiento del obispo, una obra bajo el título Preciosísima reliquia del Santo Prepucio, en el que defiende que Jesús de Nazareth fue circuncidado como todos los judíos de su tiempo. Y que incluso después de la resurrección seguía circuncidado, ya que, según Santo Tomás, la integridad física del resucitado no podía referirse a pequeñas partes marginales de su cuerpo.
En tiempos conciliares no se puede excluir que, sin llegar, como piensan algunos, a la conclusión de que la Iglesia ha hecho desaparecer la reliquia para evitar inútiles supersticiones, el Vaticano se alegra de que se haya zanjado un asunto que en el pasado que había dado lugar a devoción pero también a irreverencias.
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