Casas de un solo cuarto

Habiendo pasado muchos años después de que Israel se había establecido en la tierra de Canaán y dejado su vida nómada trocán­dola por una más estable con progresos agrícolas, principiaron las casas a tomar el lugar de las tiendas como lugares para vivir. La mayoría de los hogares de la gente del pueblo se constituía de una sola pieza o cuarto. Piensa el Dr. Thompson que porque la viuda que asistió a Elías tenía una pieza en la parte alta de su casa, que ella no era de la clase más pobre, sino que se encontraba en estre­chez debido al hambre que se hacia sentir en toda la tierra (cf. 1Re 17:8-19).

PROPOSITO DE LA CASA

En los tiempos bíblicos los hombres no construían sus casas con la idea de pasar en ellas la mayor parte de su vida. Su primordial interés era pasar tanto tiempo como fuera posible fuera de ellas, ad­mirando las obras de Dios. La casa servía como un lugar de retiro. Por esta razón las paredes de las casas no son muy tentadoras. No se hacían esfuerzos para atraer la atención a este lugar de retiro.
El propósito de estas moradas se sostiene en el significado de las palabras hebraica y árabe para "casa". El Rvdo. Abrahám Rih­bany que nació en Siria y vivió allí sus primeros años, ha hecho una exposición muy cierta acerca del significado y propósito de la casa de Palestina.
La palabra hebrea bavith y la palabra árabe bait quieren decir "abrigo". El equivalente español es la palabra "casa". El término más significativo "hogar", nunca ha sido inventado por los hijos de Palestina, porque ellos se consideran como "peregrinos en la tierra". Su tienda y su casita le proveyeron abrigo suficiente para él y sus familiares durante la peregrinación mundana o terrenal.
Como los palestinos pasan tanto tiempo fuera de sus hogares, los escritores sagrados gustaban de referirse a Dios como su "abrigo" o su "refugio" mejor que como su hogar. Tales expresiones en conexión con Dios son muchas en el libro de los Salmos y los escritos proféticos (cf. Sal 61:3; Isa 4:6).

PISO Y PAREDES DE LA CASA

Refiriéndose a la naturaleza del piso de estos hogares orientales dice el Dr. George A. Barton:
Generalmente las casas no tienen otro piso que el de la tierra misma que se empareja y aplana, hasta quedar maciza. Algunas veces se hace una mixtura de cal con lodo y dejándolo algún tiempo para que se seque y endurezca Algunas veces se ha encontrado pisos de piedra resquebrajada unida con cal. En el tiempo del Imperio Roma. no fueron introducidos los pisos de mosaicos con incrustaciones dc cuadritos de piedra labrados.
Las paredes de la casa por lo regular son hechas de adobes que se fabrican con lodo secado al sol. Job al referirse a esta clase de moradas dice: "casas de arcilla" (Job 4:9). Son muy parecidas a las Casas de adobe en México en la actualidad y muy frecuentes en los estados del Sureste de América, donde la influencia española aún predomina.
Algunas veces las paredes se hacen con una piedra muy áspera y muy común en el país. Estas son de distintos tamaños y pegadas con lodo. Las junturas son algunas veces anchas e irregulares. Sólo los palacios y las casas de los ricos se construyen con piedras labra­das, como los palacios de Salomón (1Re 7:9), y las de los ricos del tiempo de Isaías, que se jactaban diciendo: "Los ladrillos caye­ron, mas edificaremos con cantería" (Isa 9:10).

CONSTRUCCION DEL TECHO

En estas humildes casas de Palestina el techo se construye con vigas de madera que alcanzan de pared a pared, luego se pone una capa de pasto, o quizá de ramas poniéndose sobre ésta una capa de tierra o arcilla; luego se riega sobre ella arena y gravilla, pasándose luego sobre ella un rodillo de piedra, el cual permanece sobre el techo para usarlo varias veces apisonando el techo y con especialidad durante las primeras lluvias, para que así no se escurra el agua al través. (Map.02.a)
Se construía un pretil o parapeto con trechos en las casas anti­guas para permitir escurrir el agua de lluvia, y para evitar la caída de alguna persona. El no construir dicho pretil en los tiempos mo­dernos ha causado accidentes con alguna frecuencia. La Ley de Moi­sés es muy definida al ordenar la construcción del pretil mencio­nado. El reglamento dice: "Cuando edificares casa nueva, harás pre­til a tu terrado, porque no pongas sangre en tu casa si de él cayere alguno" (Deu 22:8). El uso común de la casa para tantas cosas, hicieron esencial esta ley, como podemos comprender.

COSAS INTERESANTES CRECEN EN TECHOS Y PAREDES

Hierba en los Techos. Estando los techos de la casa en gran parte hechos de tierra y arcilla podemos imaginarnos cómo crecerá la hierba encima de las casas, como lo indican las referencias bíblicas "serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca" (Sal 129:6; véase también 2Re 19:26; Isa 37:27). Ejemplos de esto en techos similarmente construidos se ven con frecuencia en los tiempos modernos. En un libro publicado en la última parte del siglo XIX hay una fotografía de un techo palestino cubierto con hierba en crecimiento. El pie de la fotografía es el siguiente: "Este es un buen ejemplo de la apariencia de hierba sobre los tejados". Después de las lluvias de invierno, todo edificio con techo de lodo está sobrecargado de yerbas, las cuales pronto perecerán.
Techo con goteras. Se puede entender lo natural que será que techos de tierra, después de fuertes aguaceros, produzcan goteras: lo que hace inconveniente para la familia vivir en esas casas. Los viajeros que pasan la noche en una de esas habitaciones, han tenido a veces que mover su cama, por causa de las goteras causadas por el agua de lluvia. El libro de los Proverbios compara estas goteras a una mujer rencillosa (Pro 19:13; Pro 27:15).
Excavaciones de los ladrones. Ya que las paredes de las casas frecuentemente se construyen con tierra y arcilla, o de piedras pe­gadas con lodo, es tarea fácil para los ladrones hacer un agujero y entrar a la casa. La referencia que tenemos en Job dice: "En las tinieblas miran las casas, que de día para sí señalaron; no conocen la luz" (Job 24:16). También Jesús a esto aludió en su gran Ser­món de la Montaña: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan" (Mat 6:19; Mat 24:43).
Víboras en las paredes. Ya que las paredes de las casas han sido construidas de piedra y que las junturas son anchas e irregulares, fácil es para las víboras entrar en esas aberturas e intempestivamen­te entrar en contacto con los habitantes. Acerca de esta clase de casas el profeta Amós habla de un hombre que "entrare en casa y arri­mare su mano a la pared y le muerde la culebra" (Amó 5:19).

VENTANAS Y PUERTAS

Ventanas.(Map. 02.b)   Las casas orientales tienen pocas ventanas, las cuales se abren hacia la calle, y éstas son bastante altas. Por regla general las ventanas tienen barrotes de madera que sirven de protección contra los ladrones, y la parte baja de la ventana tiene una especie de "biombo enrejado". "Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía" (Pro 7:6) - Postigos de madera cierran las ventanas por la noche. Cuando se abre la ventana los que están den­tro de la casa pueden ver hacia fuera sin ser vistos ellos mismos.
Puertas. Tanto las puertas como las ventanas ordinariamente eran construidas de madera de sicómoro. Sólo por lujo de los ricos y como ornamento eran construidas de cedro (cf. Isa 9:10). Las puertas se montaban sobre bisagras y "Se revolvían sobre sus qui­cios" (Pro 26:14). Las puertas quedaban firmes al cerrarse, y esto se lograba con el uso de barrotes de madera (Pro 18:19) -
La puerta de la casa consistente en un solo cuarto y propiedad de un labriego, se abre antes de la salida del sol y queda abierta durante el día como invitando a la hospitalidad. En Apocalipsis se dice: "He aquí, he dado una puerta abierta" (Apo 3:8). El cerrar la puerta indica que sus habitantes han hecho algo de qué avergonzarse (cf. Jua 3:19). Al ponerse el sol, se cierra la puerta permaneciendo así toda la noche (cf. Luc 11:7). El reglamento para abrir la puerta de una casa sencilla o chica no es observado en las ciudades en casa de más de una pieza. La referencia de nuestro Señor Jesucristo llamando a la puerta se refiere a ella (Apo 3:20). La diferencia entre las casas de un morador de una villa y de una morador de la ciudad, debe siempre establecerse para poder entender las referencias escriturales respecto a las casas.

AMUEBLAMIENTO DE LA CASA

Los muebles de una casa en Palestina, cuando ésta consta de una sola pieza, fueron y aún son sencillos. Las esteras y almohadones se usan en el día para sentarse, los tapetes y las esteras sirven para dormir por la noche. Debe haber utensilios de arcilla para las necesi­dades del hogar, además algunos de metal. Habrá una arca de made­ra para guardar la ropa de cama, una lámpara sobre su pie o sobre el almud, una escoba para el barrido, molino de mano para moler el grano y los botes de cuero de cabra en que se guardan los líquidos. El fogón debe estar en el suelo, pero casi siempre en el cen­tro de la pieza. Esto da un cuadro general de los muebles para el promedio de las casas en Palestina. En capítulos subsecuentes se darán otros pormenores.

ARREGLOS PARA PASAR LA NOCHE

La parábola del amigo inoportuno que relató Jesús si se entiende a la luz de una casa oriental de una sola pieza, nos dará idea del arreglo para pasar la noche.
“Díjoles también: ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, e irá a él a media noche y le dirá: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío que  ha venido a mí de camino, y no tengo qué ponerle delan­te; y él de dentro respondiendo dijere: No me seas molesto: la puerta está cerrada y mis niños están conmigo en cama; no puedo le­vantarme, y darte”  (Luc 11:5-7). Entre el común de la gente de la Tierra Santa, las camas individuales en cuartos separados no se acostumbran. En su lugar, el arreglo que se hace para dormir es semejante al de la parábola; actualmente en Siria y Palestina entre países labriegos se usan los mismos arreglos ya descritos. Los colchones se extienden lado a lado dentro de la pieza en una línea tan larga como sea necesaria para que todos los miembros de la familia duerman juntos. El padre duerme en un extremo de la línea y la madre en el otro para cuidar que los niños al rodarse no se salgan de debajo de la colcha. Así es que el hombre estaba en lo cierto cuando dijo en vía de excusa, "mis niños están conmigo en cama”.

ALUMBRADO DE LA CASA

Uso bíblico de la palabra candil. Las versiones bíblicas antiguas usan la palabra candil con mucha frecuencia. Esto es porque los candiles se usaban mucho en tiempos de esas versiones. La traduc­ción literal de la palabra original se usa con el nombre de lámpara o luz. Las gentes de tiempos bíblicos nada sabían de candiles, sino que estaban familiarizados con las lámparas.
Distintivo de las lámparas. Cuando los hijos de Israel entraron a la Tierra Prometida, adoptaron el uso de la lámpara de los cananitas, la que consistía en una vasija de tierra para contener el aceite y un pico estrecho para sostener la mecha. Como mil años después, la lámpara de Mesopotamia fue importada y usada en algunas partes. Esta lámpara tenía un tubo cerrado para la mecha, así pedía llevarse sin peligro de derramar el aceite. En el quinto siglo antes de Cristo, unas hermosas lámparas griegas de un negro vidriado se importaron y se hicieron muy populares. Para el tercer siglo antes de Cristo la vieja lámpara tipo platillo casi había desaparecido, pero en el siglo segundo los macabeos resucitaron el uso de ese tipo de lámpara, que estaba más de acuerdo con las viejas tradi­ciones judías. Cuando el Imperio Romano principió a dominar en Palestina, las lámparas que se usaban eran o importadas o fabricadas con modelos extranjeros. La lámpara de las vírgenes usada en tiempo de Cristo era un mejoramiento de la vieja lámpara tipo platillo, con una cubierta suficiente para que el aceite no se derramase.
La lámpara de píe. En tiempos antiguos, la lámpara de pie no era de uso común; entonces las lámparas se ponían en lugares como un saliente de piedra en la pared. En el tiempo de Cristo las lámparas de pie eran ya de uso general. Eran altas y se ponían sobre el piso. Últimamente los arqueólogos han encontrado algunas lámparas de pie de bronce de catorce pulgadas de altura que eran usadas en los palacios. Se hacían de manera de sostener vasijas y lámpa­ras. Con seguridad la gente pobre usaba algún tipo más barato.
Si la familia no tenía una lámpara-sostén, ésta se ponía en el al­mud sobre el piso colocando la parte superior hacia abajo y el cual servía como lámpara-sostén, lo mismo que como mesa en donde se servía la comida. La lámpara se ponía sobre el almud y no debajo de él (Mat 5:15).
La referencia del profeta al pabilo que humea. La profecía de Isaías referente al Mesías fue que "ni apagará el pabilo que humea­re" (Isa 42:3). Refiere el Dr. Thompson haber visto antiguas lám­paras de arcilla en uso ilustrando el texto. La mecha se hacía de hebras torcidas de lino poniéndose luego en el depósito de aceite de oliva de la lámpara. Cuando el aceite estaba por terminarse, producía un humo molesto. Esto era indicación para llenar de nuevo el depósito de aceite. Ello implicaba que el apagarse la luz era a veces intencional. Si la mecha estaba muy gastada, la señora de la casa apagaba la luz, entonces la reponía con otra. El siervo de Dios no debe tratar así a los pobres, débiles y desamparados de la espe­cie humana. El pondrá el aceite, recortará la mecha, y hará que la débil flama brille. Este es un cuadro de los deseos del Señor que quiere que nosotros ayudemos a los necesitados, levantando al caído y salvando al perdido.
El uso de la lámpara para buscar la dracma perdida. La pará­bola de nuestro Señor de la dracma perdida, (Luc 15:1), necesita entenderse desde el punto de vista oriental. Abrahám Rahbany, cuan­do era niño, con frecuencia sostenía una lámpara oriental hecha de tierra, mientras su madre buscaba alguna moneda o algún objeto de valor. La casa tenía sólo una puerta y una o dos ventanas con postigos de madera. Por esta razón la casa estaba muy poco alum­brada, especialmente en invierno. Las esteras, cojines, y pieles de cabra que cubrían el piso tenían que voltearse, para limpiar el piso. Cuando era encontrada la dracma perdida, las vecinas y amigas eran llamadas a regocijarse con la dueña de la casa, porque la dracma perdida atraía sobre la señora la ira del marido, y las vecinas de ella tenían para la mujer un sentimiento de compañerismo, guar­dando el suceso como un secreto que no debían saber los hombres. Así como indica el texto, "Y cuando la hubiera hallado, junta las amigas y las vecinas" (Luc 15:9)
El significado de la luz en una casa Palestina. La lámpara se considera como un lujo necesario entre los aldeanos. Cuando el sol se pone, la puerta de la casa se cierra, entonces se enciende la lám­para. El dormir sin luz es considerado entre los aldeanos como un signo de extrema pobreza. En la Biblia son sinónimos los términos lámpara, luz y vida. Un viajero retrasado busca ver una luz en al­guna casa, entonces sabe que ahí hay vida. El desear que la luz de un hombre se apague seria desearle una maldición terrible. Respecto al hombre malvado, Bildad, en el libro de Job dice: "La luz se oscurecerá en su tienda, y apagarase sobre él su lámpara" (Job 18:6). Pero cl salmista se considera bendito del Señor cuando se decía a sí mismo en relación con Dios, "Tú pues alumbrarás mi lámpara"Sal 18:28). Esto es para los orientales que aprecian el valor aun de una sencilla lámpara de barro en lo oscuro de la noche o en la oscuridad de la casa por lo que Jesús dijo: "Así alumbre vuestra luz debute de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mat 5:16).

ARREGLOS PARA COCINAR

La estufa o fogón. Tanto los nómadas que vivían en tiendas como los aldeanos que viven en casas de una sola pieza, llevan consigo tanto de su cocina exterior como el tiempo les permite. Estas ope­raciones se hacen dentro de la casa solo cuando el frío del invierno las hace deseables. Los occidentales difícilmente llamarían estufa o fogón lo que usan para cocinar los orientales, pero esto sirve su propósito. Con frecuencia el lugar del fogón es el suelo en el medio de la pieza. Una pequeña construcción de barro o una tinaja con agujeros a los lados es lo que por lo regular usan como estufa.
El combustible que usan. Los aldeanos con frecuencia usan es­tiércol seco como combustible en su fogón. Algunas de las clases más pobres lo usan y venden la leña que encuentran, a aquellos que pueden comprarla. Una referencia en la profecía de Ezequiel indica que este uso de combustible era común en los tiempos bíblicos. Véase Eze 4:15.
En el Oriente el combustible es tan escaso que algunas veces la hierba seca y las flores marchitas se engavillan con cuidado para usarlos corno combustible. Hay indicaciones en la Biblia de que esto se hacía en los tiempos antiguos. Jesús dijo: "Y si la hierba del cam­po que hoy es, y mañana es echada en el horno..." (Mat 6:30; Luc 12:28).
Otro combustible muy popular en Palestina son las espinas. Hay muchas clases de arbustos espinosos que ahí crecen, y la gente los recoge y hace buen uso de ellos. Los pasajes bíblicos que indican el uso de ellos son numerosos (2Sa 23:6-7; Sal 118:12; Ecl 7:6; Isa 9:18; Isa 10:17; Nah 1:10).
La viuda de Sarepta andaba recogiendo leña para encender fuego (1Re 17:10). Pero el fuego que había en la casa del sumo sacerdote donde Simón Pedro se calentaba, era alimentado con car­bón (Jua 18:18).
La Chimenea. Los árabes bellahin tienen varias maneras de con­ducir hacia afuera el humo de los fogones. Algunas veces por medio de una abertura en el techo la que sirve como chimenea, o una abertura en un lado de la casa que sirve al respecto. Con frecuencia, cuando el fogón está en la esquina de la pieza, hay un sombrerete sobre ésta con salida para el humo. También en ocasiones se hacen fuegos de carbón en un bracero fuera de la pieza, y cuando ya no produce humo y los carbones están rojos, entonces se lleva el bracero al interior.
La referencia del profeta Oseas respecto a esto dice: "Como el humo que de la chimenea sale" (Ose 13:3). Algunos traductores se refieren a éste corno humo que de la ventana sale. Una abertura enrejada en la pared de la casa puede servir tanto de chimenea como de ventana en las casas de los aldeanos. Pero sin duda, la ma­yoría de los arreglos de chimeneas usados por los árabes que ya se han mencionado se usaron en los tiempos bíblicos. La comparación del salmista de él mismo con "el odre al humo" (Sal 119:83), puede ser una figura interior; otras referencias escriturales al fuego, en que se habla también como que son interiores, pueden también ser exteriores  Pro 10:26; Isa 65:5, etc.) Puede asumirse con toda seguridad que las casas del tiempo de la Biblia, no estaban siempre tan llenas de humo, como muchos piensan que sea el caso.
Prendiendo el luego. El método que se usaba en los tiempos del Antiguo Testamento para producir fuego era la chispa que se pro­ducía por la costumbre de golpear un pedernal con una piedra, o por frotamiento de dos pedazos de madera; después se encendía la llama. Hay indicaciones de que Israel en tiempos posteriores produjo fuego golpeando el pedernal con un pedazo de acero. En Isa 50:10, donde se habla de encender el fuego, la palabra hebrea traducida encender quiere decir “golpear” y evidentemente se refiere a golpear el pedernal con el acero.

USOS QUE SE HACEN DEL TECHO DE LA CASA

El techo de una casa oriental se usa actualmente para una va­riedad de cosas, de la misma manera que era usado en días de los profetas y de los apóstoles.
Usado como lugar para dormir. Para un oriental el techo es un lugar muy especial para dormir.
Por una gran parte del año el techo o terrado es el lugar más agradable en la casa, especialmente en las mañanas y tardes. Ahí muchos duermen durante el verano, tanto en la ciudad como en el campo, y en todas partes donde la malaria no es peligrosa. La cos­tumbre es antiquísima.
Un ejemplo de esta práctica en la Biblia, es el incidente de Samuel llamando a Saúl, quien se había dormido en el terrado (1Sa 9:26).
El Techo usado como Almacén. Los planos techos de las casas orientales expuestos al aire y al sol se prestan muy bien para alma­cenar granos o frutas para que ahí se sequen. Esta costumbre es muy común en Oriente. Rahab escondió a los espías con tallos de lino que conservaba en el techo (Jos 2:6).
Usados para asambleas en tiempos de conmoción. En Isa 22:1 el profeta nos dice: "¿Qué tienes ahora, que toda tú te has subido sobre los terrados?" Así se describe a la ciudad típica oriental, en medio de los tiempos de gran conmoción. Así como los occidentales en tales casos se congregan en las calles, así los orientales suben a los techos, desde donde pueden ver hacia las calles, y descubrir lo que acontece.
Usado como lugar de públicas proclamas. Tanto en los tiempos actuales como en los de Cristo, los pueblos de la Tierra Santa han tenido sus pregoneros. Las órdenes de los gobiernos locales son pro­clamadas desde las casas más altas. Tales proclamas se hacen por lo regular por las tardes, cuando los hombres han retornado de sus labores en el campo. La llamada larga ahogada, se ha hecho familiar en los residentes y han aprendido a escuchar lo que le sigue.
La llamada del pregonero del pueblo, se dice que se asemeja a un distante y prolongado silbato ferrocarrilero. Jesús debe con fre­cuencia haber oído la llamada del pregonero del pueblo. El dijo a sus discípulos: "Lo que oís, predicadlo desde los terrados" (Mat 10:27) Como un aviso de la imposibilidad de esconder nuestros pecados en el día del juicio, dijo: "Lo que hablasteis al oído en las cámaras, será pregonado desde los terrados" (Luc 12:3).
Usado como lugar de adoración y oración. Las Escrituras nos indican que los terrados de las casas fueron usados para una adora­ción verdadera a Dios, también para adoración idolátrica. El profeta Sofonías dice: "de ellos que se inclinan sobre los terrados al ejército del cielo" (Sof 1:5). Y Lucas nos dice de Pedro en Jope "subió a la azotea a orar cerca de la hora de sexta" (Hch 10:9). Será natural que los que adoran los astros lo hagan sobre los terrados, y no hay duda que Pedro se retiró a la azotea donde podía estar a solas con Dios.
Usado a manera de escape en tiempos de peligro. En ocasiones cuando una escapada de algún peligro era necesaria, los habitantes de los pueblos en tiempo de Cristo podían hacerlo pasando de techo en techo, debido a que las casas están muy cerca una de otra. El Dr. Edersheim describe esta situación de la manera siguiente:
De un techo al otro debe haber comunicación regular, llamada por los rabíes "el camino de los techos". Así una persona podía es­capar, pasando de techo en techo, hasta que en la última casa descendía por la escalera que llevaba hacia abajo y a la calle, sin haber entrado en ninguna vivienda. A este 'camino de los techos" el Señor se refi­rió sin duda en su aviso a sus compañeros (Mat 24:17; Mar 13:15; Luc 17:31), intentando aplicarlo al último sitio de Jerusalén, "y los que sobre el terrado, no desciendan a tomar algo de su casa".

CASA Y PESEBRE EN BELEN

La humilde escena del nacimiento del niño Jesús frecuentemen­te se interpreta con sabor occidental en vez de oriental, pues se hace necesario para los occidentales tener la descripción de la clase de casa de Belén en la cual sin duda nació el Salvador, como la que nos da el señor Juan D. Whiting. Entrando por la puerta de esta morada de una sola pieza de Belén, se ve que dos terceras partes del espacio se dedica para "levantar una plataforma de albañilería" de unos ocho o diez pies sobre la tierra y sostenida por arcos bajos en forma de domo. Esta plataforma levantada es ocupada por los miem­bros de la familia, y la parte baja de la casa por el ganado y reba­ñ05. Angostos escalones de piedra llevan a donde la familia habita, y sólo hay dos pequeñas ventanas altas en el cuarto. En el invierno las ovejas y las cabras quedan dentro de la casa, también los ani­males de trabajo y quizá algún asno. Los establos primitivos para el ganado se ven en derredor de las paredes, y éstas se construyen de lozas pétreas ásperas puestas de canto y unidas con mezcla. El propietario de los animales frecuentemente duerme en un pequeño lugar alto, donde puede observar a los corderos recién nacidos.
Para conocer el corazón de la tierra, haber conocido la hospi­talidad de la gente que siempre se ofrece, no importa cuán primitiva o sencilla, hace el reproducir el cuadro de María y José, volviendo de la posada ya llena de huéspedes, a una casa como la ya descrita, la parte habitable en la cual podía vivir una familia no muy nume­rosa, puede haber estado llena de huéspedes, pero encuentran una bienvenida y un lugar de descanso para el niño en el pesebre.
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